Esa sensación tan frustrante de no entender a los otros y de que ellos no me entienden a mí.
Ser un poeta es un destino trágico.
Mejor en todo.
Volverse loco no es el perder toda firmeza, sino el comprender la relatividad de lo incompleto, su constante fluidez y siempre teniendo el tino de no ver más que el equilibrio, lo perfecto y lo absoluto, que en última instancia es el centro y marco de todas las cosas.
2 comentarios:
¿ser un poeta es un bajón, se podría decir?
Algo por el estilo. Igual no tanto.
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