jueves, 10 de junio de 2010

tao y juarróz


"Zhuang zi se expresa mediante discursos extraños, un lenguaje absurdo y expresiones desbordantes. A veces es licencioso, pero nunca parcial ni aferrado a sus ideas. Como el mundo está demasiado hundido en la suciedad, no puede entender los dichos de Zhuang zi; por eso él estima que las palabras circunstanciales son prolijas, que las palabras de peso poseen su verdad, pero que sólo las palabras reveladoras tienen un poder evocador de alcance ilimitado. Aunque sólo él es capaz de comunicar con el espíritu del universo, no se muestra desdeñoso hacia los demás seres. No aprueba ni critica, y así vive en paz con todo el mundo. Sus escritos, aunque llenos de magnificencia, no hieren a nadie pues no mutilan la compleja realidad. Sus expresiones, variadas y múltiples, encierran maravillas y paradojas dignas de consideración. Posee una inagotable plenitud interior. Arriba, comunica con el hacedor; abajo, es amigo de quienes han trascendido la muerte y la vida, el principio y el fin. La fuente de su doctrina es amplia, abierta, profunda y rebosante; su doctrina trata de armonizar con el principio y de elevarse hasta él."


Roberto Juarroz

Ir hasta el extremo es quedarse sin lugar,

porque el extremo no es un lugar,

más allá no hay espacio

y quien fue hasta el extremo

no puede ya retroceder.

Ir hasta el extremo consiste precisamente

en hallar la imposibilidad del regreso.

O quizà tan sòlo

la imposibilidad.

Y lo imposible no necesita lugar.

Siento que algo ha terminado.

No es la vida todavìa.

No es tampoco el poema,

ni la canciòn que me derrota,

ni el terco sueño que ata al hombre,

ni el antisueño que nos salva de Dios.

Debe ser el ir hacia las cosas:

ya he aprendido a dejar que ellas vengan.

Debe ser la raya de sumar:

ya las cuentas no me sirven de nada.

Debe ser la esperanza alternativa

de ir voceando tu nombre por la muerte.

Siento que algo ha terminado.

Debe ser que algo empieza.

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