miércoles, 25 de marzo de 2009

Poesias Del Abuelo

LA FUGA

Se fueron.
Nadie los vio
algunos sospecharon desde siempre.
En fin, no estaban.
Se escaparon ayudados por la noche.
Y una mano que de afuera vigilaba.


TODO VIA

A veces no me interesa ser fiel a la extravagante
historia humana; de la misma forma en que la
divinidad lo es poco con los hombres comunes.

También no: a veces observar al incierto penacho
de un futuro anhelado.
A veces; vuelvo a solazarme en las melifluas fuentes
de un carnaval prohibido... Morder musculaturas
carcajeantes. Dejarme, panza arriba, tragar por las estrellas.

Guardarme tras mis párpados para ejercitar un viaje
a más allá de la muerte... Leerla verdad en mis
propias huellas (madres de su tiempo).
En mi gente del alma delectar,
la concientizada caterva.


40

Mi ticket. Mi casa.
Mi escritorio. Mi muelle del pensar.
Mi ventana. Mi reloj.
Mi lámpara imborrable.
Mis flores sentenciadas.
Mi manera de saber que estoy atento
y que algo me distingue entre todos.
Mis lágrimas caseras.
Mi teléfono espontáneo.

Escribir. Oh.
Pesada tarea que me produce tanta alegría.
Desfilando entre opuestas galerías,
intentando ser, finalmente, puntual.
A caballo entre sanctas (y non sanctas)
reflexiones.
Soy, de entre todos, mi confesor favorito.
Llevo el oído presto a la ligera analogía
que sostiene épocas, mitos y leyendas.
Veo en los números la intención precisa.
Cifra y palabra, sílaba y cuenta,
existen como un castillo para nadie,
a menos que el buscador se enfrente con su estilo,
y los transforme en base, ficción o compromiso.

Oh, escribir.
A los cuarenta se puede demorar un año
para concluir el poema.
Usando la ventaja de la desventaja,
ninguna cosa ahora, se torna contra uno.
¿De qué valdría a la inconsciencia
hacerse de un náufrago libre y bandido?

He dejado a la cultura en un paraje
repleto de pájaros perdidos... y
a veces vuelvo.
Para nunca olvidar la misma escena.
Desde mi propio estado,
no deseo más de lo mejor.
Entre lo gratuito,
me muevo como sabio perverso.
Confeso en fiesta con la vida toda.
Aúllo como lobo.
Aunque llore en secreto
la inútil canción del desconsuelo.

Me inclino hacia el bien por conveniencia.
Ya que del mal no saco nada claro
y en el amor se apoya mi conciencia.

Esquivo, escurridizo, a las desavenencias,
vacuo mensajero. Imperfecto.
Esplumado de voces.
Debí cruzar obsceno las lágrimas ajenas.
Seducido, imantado por la atracción del agua.
Ni a favor de nadie, ni en contra de ninguno.
Debí cruzar el río de lágrimas ajenas.
Irritablemente poeta.
Yo soy mi propio invento.
Hirviendo: gris y oro,
azul de burbujas humeantes.
Mi respeto profundo,
mi honor más devoto,
mis gracias más largas:
a los fogoneros del universo.

Mi cuerpo es una mina.
Mapas. Napas. Rojas corrientes calientes,
canales azules, tiernas suavidades.

Durezas agresivas.
Armonías acuáticas,
centros ionizantes,
maquinaria de esponja,
transistores, ritmo, salud,
cerebro y aun
infinitos horizontes de ignorancia.
La salud.
Casamentera, enamoradiza.
Fiel. Digna de lo que quiere.
Me muestra entre sus haberes
como a una muestra pródiga.

Ella es tan vasta, tan santa,
tan animal y tan planta,
que la elegí como estrella.
No hay palabra.
Nada existe tan nativo.

Mi salud me dio la luz.
Mil hijos más que uno mío,
y les dio paz, fortaleza.
Mundos (¿...?). Distracciones,
compromisos.

La salud es una reina
que nunca me trató mal.
Hijos. Hijos. Hijos.
Hijos padres.
Hijos del sol. Hijos. Hijos.

Yo rezo. Yo soy igual.
¿Y qué hay si soy sumiso?

40. Hombre. Hombre de muchas lecturas.
Caballero.

Hoy, más joven aun. Mecanizable.
Modular. Comodín. Inquebrantable.
Me repito a mí mismo
como a un grato recuerdo.

Vivo de por vida.
Hechizado. Vacía la cabeza.
Por un caudal de tinta.
Montado en barco poético
sin salpicar a nadie
me juego en solitario.

40 primaveras sin traicionar a nadie.
40 días de otoño preparando detalles.
40 que terminan al comenzar 40.
40 los ladrones. 40 vigilantes.

Dicen que de los 40
se sabe más cada día.
Pero yo no lo sabría.
Valiente hasta las tripas.
Aries. Perro de fuego.
Despuntar del zodíaco.
Aries. Perro de fuego.
Valiente hasta las tripas.

Guardián de mis guardias.
Secretivo.

Inventor de áureas distractivas. Discípulo.
Creador de mayas seductoras.

Escribir, oh.
Pesada tarea que me produce
tanta alegría.

No estamos solos.
La misma alma prevalece.
Los muertos me arrullan entre cambios.
La fortaleza reverdece y trasmuta.
Mi corazón es un cantero
de signos para siempre.

LOS TURISTAS
(Barcelona)

Los turistas son bellos como monumentos,
trayendo divisas se pasean contentos,
Rubios, australes, de portes sin iguales,
Aguerridos atleta de jugar a la paleta,
Van bajo el sol hasta que llega la noche,
Los quinquis del Chino les revientan los coches,
Llevan la ropa más limpia del mundo,
Valijitas de juguete, dientes de oro,
Se sacan fotos bajo los faroles,
Ponen cara de asco, si les sirven frijoles,
Los hambrientos del muelle los quieren abordar,
Los turistas brillan al costado del mar,
Las rubias, se enamoran de los negros,
Los negros, siempre cosa de negros,
Algunos van tan rojos como camarones,
Son el ojo desviado de los pobres ladrones,
Confunden todo, todo, todo (porque para eso están),
Pasan por el correo y se van a bañar.



TEXTO INSOLENTE
(no falto de sentido)

Dejemos los libros.
Es grato un vivir estrafalario.
Tomemos mejor el dulce frío de la tierna juventud.
Para los viejos quede tratar las cosas serias.
Para los jóvenes. La burla y la alegría.


ZOO

¿Habéis sentido la intolerancia del dolor?
Ah! Qué horrible es ver a un animal enjaulado.
El oso que pasea cronométricamente péndulo rabioso.
La víbora impotente.
La jirafa, vigilante de un cuadrado.
El pájaro que lleva alas y no vuela.
¿Y al que retoza fuera de la jaula?

Jaulas, jaulas, jaulas, jaulas de cartón,
de hierro, de cemento y humana coraza...
Penal, en donde está todo perdido.
Para nunca esperanza.

¿Los habéis visto arrastrarse,
Enlazar al fruto con su cuerpo?
Elásticos enhebradores de deseos,
libres hasta el llamado sentido.

Pues, yo como vos,
Siento las mil formas de sus poderíos.
También él sin sabor aliento del guardián...
Que cumple otra condena... Convencido.


QUIERO

Quiero de mi pluma un ejercicio,
que reúna al ayer con el mañana.
Quiero que el hoy sea la ventana,
quiero al lector que no se mortifica...

Que ve pasar al alma llana,
Sin luz de sombra en que se admire.
Quiero a la sombra que se afana
y no por ello, luz emite.

Quiero al dios dueño de su ausencia,
quiero a la luna, su vestido.
Quiero al que intenta un diálogo afectivo.
Quiero al que aprende a amar, amo al ladino.



A MI HIJO

Nada hay que nada prohiba,
y a todo debes estar despierto,
como el halcón se encorva para la lucha,
como quien recibe ofrendas del cielo.

Aquí, así. Ahora.

En el agua del lago artificial.
Los hombres reman
conduciendo a sus hijos.

PASARELA

Desde el campanario.
Mi único planeta mirando su destino.
en mi interior, una larga noche de galas y festejos,
solindan en la muerte.
Como una pasarela colgada de los tiempos.
en que mis labios, desprendiéndose de tu boca, te sellaron, para siempre.


MELANCOLIA

En su corte
la nostalgia ocupa sillones dorados
La tristeza desborda el oído
de la sorda reina.
La historia engalana a estas damas subterráneas
con encajes rotosos y pieles subterráneas
Espadas herrumbrosas,
luces de barrio chino
empedrados de puertos chiquititos,
marineros sin barco
les enmarcan la escena a estas duras guardianas
de un secreto increíble.
Yo soy pez de río
Víbora dormida
la melancolía es un estado de animo
algo que se agita en el fondo de un tanque
Se parece a lo desconocido
Solemne gravedad
Tonta silbando, nervio contenido
Maldita melancolía que te escondes
en la zona de bosques y asomas tu luna negra
para mirar el día
Sentada en el ojo de la duda
ella te aguarda,
Ella es La Melancolía.


CANCIÓN INÉDITA
LOS ABUELOS DE LA NADA (1987/88)
DEDICADA A MIGUEL

MI ESTRELLA Y YO


No tengo miedo
ciego en la claridad
somos la sombra
que hay que alumbrar
Si te reflejo vuelvo a la oscuridad
en esta vida mirar no es el juego
No me comprendas, te daré que pensar.
los distraídos serán lo nuevo.

Mi estrella y yo, más tu libertad
son cosas que me hacen vibrar
y que agradecido que estoy al cielo
y que agradecido que estoy Abuelo...

El tiempo atrasa dentro de la ciudad
una canción te escribe el cielo
si vuelvo a casa no podré ver el mar,
bajo la luna borracho espero

CHAU

Yo sigo fiel a mis pasos,
Que van tras mi necesidad.
Puede;
Que al girar mi cabeza cuatro veces
ya no te encuentre.
Pues,
quede este momento como constancia
De que por vos estuve buscando.

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