jueves, 5 de marzo de 2009

De una película-encantamiento

Ashes and Snow.



Después de que mi casa se quemó pude ver más claramente la luna.Vi todos los edenes
que habían caído sobre mí.
Vi los edenes que había sostenido en mis manos y dejé escapar.
Vi promesas que no cumplí.
Dolores que no aliviaron.
Heridas que no sanaron.
Lágrimas que no derramé.
Muertes que no lamenté.
Plegarias que no respondí.
Puertas que no abrí, puertas que no cerré.
Amantes que dejé atrás.
Y sueños que no viví.
Vi todo lo que me ofrecieron, pero no podía aceptar.
Vi las cartas que deseé, pero nunca recibí.
Vi todo lo que pudo haber sido, pero nunca será.


Mi corazón es como una casa vieja, cuyas ventanas no han sido abiertas por años. Pero ahora oigo
que las ventanas se abren.
Recuerdo las grúas que flotan sobre la nieve que se derrite en el Himalaya durmiendo sobre las colas
de los manatíes.
Las canciones de las focas barbudas.
El llanto de la cébra.
El trino de las ranas de árbol.
Los golpecitos en la arena.
Las orejas de los linces africanos.
El balanceo de los elefantes.
El salto de las ballenas.
Y la silueta de un antílope.
Recuerdo los dedos curvos de la suricata flotando en el Ganges.
Navegando en el Nilo, ascendiendo por los escalones de Dama Jessica.

Recuerdo los pasos por los corredores de Hatshepsut, y las caras de algunas mujeres.
Mares infinitos y miles de kilómetros de ríos...
... Recuerdo al padre de los niños...
... Y el sabor... Recuerdo...
...y la piel del durazno...

Recuerdo todo.
Pero no recuerdo haber partido alguna vez.



Recuerda tus sueños.
Recuerda tus sueños.
Recuerda tus sueños.
Recuerda...

Cuánto más observo a los elefantes de la Savannah, más escucho, y más me abro.
Ellos me recuerdan quién soy.
Pueden los elefantes guardianes escuchar mi deseo, de colaborar con todos los músicos
de la orquesta de la naturaleza.
Quiero ver a través de los ojos de los elefantes.
Quiero unirme a la danza que no tiene pasos.
Quiero convertirme en la danza.



No puedo decir si estás acercándote o alejándote.
Anhelo la serenidad que encontré cuando miraba tu cara.
Quizás si tu cara pudiera volver a mí ahora encontraría más fácil recuperar
la cara que parecía haber perdido.
La mía.

Pluma al fuego
Fuego a la sangre
Sangre al hueso
Hueso a la médula
Médula a las cenizas
Cenizas a la nieve



Las ballenas no cantan porque tienen una respuesta.
Ellas cantan porque tienen una canción.

Lo que importa, no es lo que está escrito en la página.
Lo que importa, es lo que está escrito en el corazón.
Entonces quema las cartas y esparce sus cenizas sobre la nieve.
A la orilla del río, cuando la primavera llega y la nieve se derrite...
... y el río crece...
Regresa a la orilla del río, y relee mis cartas con tus ojos cerrados.
Deja que las palabras y las imágenes laven tu cuerpo como olas.
Relee las cartas, con tu mano ahuecada sobre tu oído.
Escucha las canciones del Edén página, trás página, trás página.
Vuela por el camino del pájaro
Vuela
Vuela
Vuela

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