Cosas que pasan. Geniales y un poco extrañas.
Un poco serias, y otro tanto divertidas.
Yo no sé que son en realdidad.
Todo es un juego,
un poco esquivo.
Voy en un auto,
a cierta velocidad.
No es divertido,
pero exactamente a la inversa,
pero si uno no sabe donde parar,
desemboca en la muerte.
Enrra y Yabur hicieron lo mismo.
El 6 de marzo se muere.
Se muere y no le importa.
Solo una mujer le dejo de hablar,
y le importo, como 2 o 3 años.
Hasta que descubrió la risa de los inmortales.
No tengo gracia, no tengo vida,
y la muerte se me escapa.
Toda mi visión no es más que un culto a la muerte.
Me molestan los cobardes, y me gusta quiene se afirman.
Los odio a todos, pero no más que a mi mismo.
Osea, que al odiar a lo que soy, odio la existencia.
Odio todo lo que implica Ser, y a la vez me deslumbra.
Quiero encarnar el más puro ideal,
y morir en una guerra.
En una guerra, en donde la metralla grite tu nombre.
En donde la sangre tenga el sabor de tu pecho,
pequeño y rosado.
En donde la Muerte no sea más que tus labios disfrazados.
El adiós. Definitivo. Y Francisco es mi amigo.
Pese a todo, los guerreros seguimos en pié.
La destrucción y el Amor. Vicente Alexandre.
Yabur está borracho en mi casa.
Marihuana.
domingo, 17 de febrero de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
¡PUTOS TODOS LOS ENEMIGOS DEL PINTOÍSMO!
No hay comentarios:
Publicar un comentario