sábado, 21 de junio de 2008

Solsticio de Invierno

"Se puede pues comprender que el curso del sol a lo largo del año, con sus fases ascendentes y descendentes, se haya planteado en términos de un grandioso símbolo cósmico. En esta trayectoria, el solsticio de invierno constituyó una especie de punto crítico, vivido en una perspectiva dramática durante el período en que los arios originarios no habían abandonado aún las regiones, sobre las que se había abatido un clima ártico y la pesadilla de una larga noche. En estás condiciones el punto del solsticio de invierno -el más bajo de la eclíptica- aparecía como aquel donde "la luz de la vida" parecía apagarse, desaparecer, precipitar en la tierra helada y desolada, en las aguas o en la sombra do los bosques, de donde, inmediatamente se eleva de nuevo desprendiendo una nueva claridad. Entonces, nace una nueva vida, se inicia un comienzo, se abre un nuevo ciclo. La "Luz de la vida" se vuelve a alumbrar. El "héroe solar" surge o renace de las aguas. Más allá de la oscuridad y del frío mortal, se vive una nueva liberación. El Árbol simbólico del Mundo y de la vida se anima con nuevas fuerzas. Está en relación con todos estos significados que, ya en la época de la prehistoria, milenios antes de la era vulgar, un gran número de fiestas sagradas celebraron la fecha del 25 de diciembre, como fecha del nacimiento o renacimiento, en el mundo como en el hombre, de la fuerza solar."


"Al igual que el sol renace, eterna y victoriosamente de las tinieblas, igualmente una eterna victoria interior sobre la naturaleza mortal e instintiva se realiza en el individuo que una virtud mística vuelve, en general, verdaderamente digno de la función regia, el jefe, el Dux."

Julius Evola


"Hemos dicho que las dos puertas zodiacales, que son respectivamente la entrada y la salida de la “caverna cósmica” y que ciertas tradiciones designan como “la puerta de los hombres” y la puerta de los dioses”, deben corresponder a los dos solsticios, debemos ahora precisar que la primera corresponde al solsticio de verano, es decir, al signo de Cáncer, y la segunda al solsticio de invierno, es decir, al signo de Capricornio. Para comprender la razón, es menester referirse a la división del ciclo anual en dos mitades, una “ascendente” y otra “descendente”: la primera es el período del curso del sol hacia el norte (uttaràyana), que va del solsticio de invierno al de verano; la segunda es la del curso del sol hacia el sur (dakshinàyana), que va del solsticio de verano al de invierno."

"La “puerta de los dioses” no puede ser una entrada sino en el caso de descenso voluntario, al mundo manifestado, sea de un ser ya “liberado”, sea de un ser que representa la expresión directa de un principio “supracósmico”. Pero es evidente que esos casos excepcionales no entran en los procesos “normales” que aquí encaramos. Haremos notar solo que se puede comprender fácilmente así la razón por la cual el nacimiento del Avatâra se considera como ocurrido en la época del solsticio de invierno, época que es la de la fiesta de Navidad en la tradición cristiana."

René Guénon

1 comentario:

Sid dijo...

nunca deja de sorprenderme lo mucho que se divertia la gente antes, ahora son una pija.
Antes existia la perspectiva de una Noche eterna y un Invierno infinito...ahora hay comida ligth.
u_u estoy pasando del odio a la umanidad a lastima por ella.

¡PUTOS TODOS LOS ENEMIGOS DEL PINTOÍSMO!