sábado, 17 de mayo de 2008

En la casa del amigo de maia

Maia me invitó a la casa de un amigo de ella y después se fué.
Ahora estoy en la casa del tipo mientras él le baja a abrir y no hay más nadie.
Ya fué yo igual me quedé.

Es divertido porque es improvable.

Escenas raras, se ve que es un colgado porque no se hace ni cargo de que estoy acá.
Menos mal.

No sé bien por qué me quedé supongo que es porque estoy loco pero bueno así son las cosas.

Vos decidís cada una de las cosas que hacés.

La libertad de elegir.
La libertad se pone a prueva.

Es mentira que las circunstancias pueden obligarte o limitarte.

3 comentarios:

Vajrapani dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Vajrapani dijo...

Sin ánimos de negar la importancia de la voluntad personal (que sin duda prima y es la última instancia de todo), tampoco me parece correcto el negar el contexto como potencia.

A lo sumo aceptaría que el contexto es parte de uno, o dicho más exactamente, el contexto es inevitable a uno. Uno es uno y el contexto en donde existe. Este sólo existe como representación nuestra. Por lo tanto aquella potencia no es más que uno mismo, y entonces allí si puede ser dicho que no hay ningún condicionante a uno.

Naturalmente esta idea desarrollada y profundizada en el propio seno interior, a niveles metafísicos y puros, deriba en comprender que uno es Dios, que el mundo creado y sus desafíos no son más que meros actos de nuestra voluntad. Aunque naturalmente no nuestra voluntad personal, la del yo, sino nuestra voluntad supraperonal. No puedo dejar de relacionar esto último con la idea de que hay dos formas de ver el mundo, una como humano, desde los límites del yo, y otra como Dios, desde el eje increado de uno mismo.

Unknown dijo...

Nada te impide salir caminando derecho en cualquier dirección y cuando menos te los esperás estás en Bangladesh.

¡PUTOS TODOS LOS ENEMIGOS DEL PINTOÍSMO!