En primer lugar cito un fragmento de una nota sobre la tolerancia social de la marihuana que salió este domingo en el diario La Nacion, en la sección de Enfoques:
"El marihuanero crónico es un tipo que se estropea la vida. Deja de trabajar, fuma cuatro o cinco veces por día, deja de estudiar; si está haciendo cine, deja de hacer cine. Durante una etapa le resulta muy creativo, se inspira, dice que está soñando. Cuando empieza a depender, empieza el proceso inverso. Comienza a dejar otras cosas por el consumo; deja de estudiar."
A continuación un ejemplo de porque los literatitos merecen morir:
"Es el característico mundo de Dostoieski, extraño y embrollado, que hipnotiza al lector como una pesadilla de la que no podemos librarnos y que nos arrastra con cierto sentimiento de placer masoquista hasta unas zonas turbias e insondeablemente profundas de lo humano."
Nada más.
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¡PUTOS TODOS LOS ENEMIGOS DEL PINTOÍSMO!
1 comentario:
Y nada menos!
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