Que en el trajín este de ser un individuo, la transformación continua del mundo que nos rodea diera la impresión de que algo no está en orden.
Pero que el Tao es equilibrio dinámico.
Que ni los troncos de los árboles están realmente quietos.
Y que el piano y el queso son cosas muy buenas.
martes, 3 de noviembre de 2009
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¡PUTOS TODOS LOS ENEMIGOS DEL PINTOÍSMO!
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