Don Enrra,
Soy un hombre de ascetismo. Es cierto. Es el ascetismo que busca conservar esa energía vital, que de otra forma se transmite de generación en generación. Hoy me lo figuré mentalmente de una manera perfecta. Cuando seas animador, quizás te interese la idea. Pero lo vi. Es la energía del mundo que está en constante movimiento, y por nada se detiene, a lo sumo se logra ralentizar, ¿Pero cuanto es dos milenios al lado de Dios? ¡Por Dios, el tiempo no existe! Esa energía que pasa por nosotros, puede desembocar en la obra. La que luego, desembocará en las influencias que tiene sobre otros seres.
Yo sé hacia donde voy yo mismo. Yo sé hacia donde va Dios a través de mi. Sé de mi obra. Me lo han contado en sueños las ninfas a los oídos, en frágiles susurros. Su idioma es extraño y profundo y por eso eh tardado en comprenderlo. Es mi obra, es Dios, es la Voluntad, soy Yo mismo, son mis ancestros, sus errores, sus aciertos, sus logros. Es mi madre, es mi padre, es Hitler, es Hesse, es P.V., son mis infiernos, son mis paraísos, y lo serán mis hijos, como yo lo he sido de mis innumerables padres. Es aquella obra. No somos más que plastilina de este gran juego, y es curioso que nuestra mente pueda notarlo. Algo maravilloso y esplendido. Un doblez casi mágico diría.
Amigo, que la lluvia caiga sobre ti, como si fuese oro fundido. Que tus ojos se transformen en esmeraldas, las cuales ojalá que logren cruzar el firmamento, disfrazadas de estrellas fugaces.
¡Artuko! ¡Artuko! ¡Artuko!
Carnófago
P.D: Iba a comenzar a realizar este e-mail para decirle que tengo la certeza, de que si realizo la Obra, llegará Eva. Es la única forma. Sólo será lo que deba hacer, y nada más. Eva, como bendición, como combustible, ¡Cómo un todo y como nada a la vez!
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¡PUTOS TODOS LOS ENEMIGOS DEL PINTOÍSMO!
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